Comentarios Bíblicos: Por perícopa
Mc 12, 28b-34 : El mayor de los mandamientos
Catena Aurea: comentarios de los Padres de la Iglesia por versículos
Pseudo-Jerónimo
29. ¿Pues qué duda ha de haber sobre esto, sino la que es común a todos los letrados por la diversidad de mandatos que se prescriben en el Exodo (cap. 20), en el Levítico (cap. 26) y en el Deuteronomio (cap. 4)? De aquí que conteste, no con uno, sino con dos mandamientos, con los cuales alimenta nuestra infancia como a los pechos de nuestra madre. Y dice: "El primero de todos los mandamientos es éste: Escucha, oh Israel, el Señor Dios tuyo es el solo Dios". Llama a éste el primero y principal de todos los mandamientos, es decir, que debemos ante todo poner en el fondo de nuestro corazón como único fundamento de la piedad el conocimiento y la confesión de la unidad divina con la práctica de las buenas obras, que se perfeccionan en el amor a Dios y al prójimo. Y añade: "Y amarás al Señor Dios tuyo", etc.
Teofilacto
30. Observemos cómo enumera todas las fuerzas del alma: pone en primer lugar la del alma animal diciendo: "Con toda tu alma". A ella pertenece la ira y el deseo, los que quiere que sacrifiquemos al divino amor. Hay otra fuerza que se llama natural, a la que corresponde la nutrición y el desarrollo, y que toda entera debemos dar también al Señor. Por esto dice: "Con todo tu corazón". Hay una fuerza racional, que se llama mente, y que debemos dar también toda entera a Dios.
31. «El segundo, semejante al primero es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Dice: "semejante al primero", porque estos dos mandamientos están vinculados el uno con el otro, y pueden intercambiarse entre sí, puesto que el que ama a Dios ama sus obras, y debe por consiguiente amar a todos los hombres. Recíprocamente, el que ama al prójimo, que con frecuencia es causa de tropiezo, con mucha más razón debe amar a Aquél de quien siempre está recibiendo beneficios. Por tanto, y a causa de la correspondencia de estos mandamientos, añade: "No hay otro mandamiento que sea mayor que éstos".
"Y el escriba, continúa, le dijo: Maestro, has dicho bien y con toda verdad", etc.
34. "Viendo Jesús que había respondido sabiamente, díjole: No estás lejos del reino de Dios". No declara por esto que fuera perfecto, porque no dice estás dentro del reino de los cielos, sino no estás lejos del reino de Dios.
Beda
33b. Al decir: "Vale más que todos los holocaustos y sacrificios", manifiesta que entre los escribas y fariseos se trataba muchas veces la grave cuestión de cuál era el mandamiento primero o el principal de la ley divina. En efecto, unos decían que el ofrecer panes ázimos y sacrificios, y otros que el hacer obras de fe y de caridad. Estos últimos se fundaban en que muchos de los padres anteriores a la ley habían agradado a Dios con obras tanto de fe como de caridad. Y este escriba declara que así era como él pensaba.
34a. Y no estaba lejos del reino de Dios, porque manifiestamente profesaba la doctrina que es propia del Nuevo Testamento y de la perfección evangélica.
34b. Después de haber sido refutados, no le preguntan más, pero le prenden descaradamente y le entregan a la potestad romana. Esto nos enseña que podemos vencer a la envidia venenosa, pero que es difícil apagarla.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,73
34. Y no debe chocarnos que diga San Mateo que fue el escriba a preguntar al Señor para tentarle, porque pudo suceder que, aunque fuera con tal intención, se corrigiera con la respuesta del Señor. O quizá, aunque tuviera esta intención, no fuera la del que con malicia se propone engañar a su enemigo, sino más bien la del que con prudencia pretende esclarecer algo que le resulta oscuro.
Pseudo-Jerónimo
34. O bien: no está lejos el que viene con gran prisa, porque más lejos está del reino de Dios la ignorancia que la ciencia. Por eso dijo a los saduceos: "¿No veis que habéis caído en un error por no entender las Escrituras, ni el poder de Dios? Y ya nadie osaba hacerle más preguntas".