El rechazo de los suyos se basa en dos razones. La primera se ha basado en la persona de Jesús: “¿No es éste el hijo de José?” Los que así preguntan han supuesto que el Mesías de Dios ha de mostrarse de una forma externa, esplendorosa, desconcertante. La segunda razón es semejante: quieren milagros. En el mismo plano se situaba el diablo de la tentación (Lc 4,9) y se sitúan los judíos de la polémica paulina (1 Cor 1,22): piden signos prodigiosos; quieren tener una seguridad absoluta y necesitan que Dios les demuestre su verdad.
agosto 2015
Domingo XXIII Tiempo Ordinario (B) – Homilías
En el domingo vigésimo tercero encontramos la curación del sordomudo. Este doble milagro Cristo quiere, ciertamente, realizarlo en nosotros. Si curó al sordomudo es para hacernos creer que quiere curar otra «sordera» y otra «mudez» más profunda. La única condición es que nos reconozcamos «sordos» y «mudos», necesitados de curación, y que lo pidamos con fe. En el relato de hoy, Jesús hace el milagro porque se lo piden. Si pedimos de verdad, también nosotros veremos cosas grandes.
Martirio de San Juan Bautista, memoria (29 de agosto) – Homilías
Memoria del martirio de san Juan Bautista, al que Herodes Antipas retuvo encarcelado en la fortaleza de Maqueronte y a quien, en el día de su cumpleaños, mandó decapitar a petición de la hija de Herodías. De esta suerte, el Precursor del Señor, como lámpara encendida y resplandeciente, tanto en la muerte como en la vida dio testimonio de la verdad (s. I)
Mt 25, 1-13: Parábola de las diez vírgenes
Homilías, comentarios, meditaciones desde la Tradición de la Iglesia Santa Teresa-Benedicta de la Cruz [Edith Stein], religiosa Escritos: La mujer y su destino «¡Que llega el Esposo! Salid a su encuentro» (Mt 25,6). La unión del alma con Cristo es diferente de la comunión entre dos personas terrestres: empieza con el bautismo y se refuerza… Read more
Mt 24, 42-51: Estar vigilantes – Servidor fiel y prudente
Si a veces tenemos la impresión de que el Maestro se ha ido, ¿no será porque yo me he alejado de una u otra hermana? Una cosa nos garantizará siempre el cielo: los actos de caridad y la gentileza que habremos tenido en nuestra vida. Nunca sabremos el bien que puede provocar una simple sonrisa. Decimos a los hombres lo grande que es Dios, comprensivo, indulgente: y ¿somos nosotros la prueba viviente de ello? ¿Pueden realmente darse cuenta de esa grandeza, comprensión, indulgencia viéndola viva en nosotros?
Mt 23, 27-32: Contra los escribas y fariseos (iii) – Sepulcros blanqueados
Homilías, comentarios, meditaciones desde la Tradición de la Iglesia San Bernardo, abad Sermón: Rasgar el corazón con la espada del Espíritu 2º sermón para el primer día de Cuaresma, 5 ; PL 183, 172-174. «Oh Dios, cera en mí un corazón puro» (Sal 50). «Rasgad vuestros corazones, dice el profeta, y no vuestras vestiduras». ¿Quién… Read more
Mt 23, 23-26: Contra los escribas y fariseos (ii) – Guías ciegos
En ti está el combate que vas a emprender, en tu interior el edifico de malicia que has de socavar; tu enemigo sale del fondo de tu corazón.
Mt 23, 13-22: Contra los escribas y fariseos (i) – ¡Ay de vosotros!
¡Ay de vosotros, fariseos hipócritas! Pues el resultado más grave de vuestra hipocresía es que demasiadas buenas personas han abandonado la Iglesia, convencidas de que, para ser al fin libres, tenían que buscar en otra parte…
Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23: Lo puro y lo impuro
Jesús condena lo que podríamos llamar el “automatismo” de la ampliación de la ley, o sea la búsqueda privilegiada de ciertas zonas de refugio (la ley entendida en sentido tradicional) que bastaría alcanzar para sentirse inmediatamente salvos. No hay apriorismos sagrados, o sea no basta que una persona, un lugar, una casa hayan sido consagrados a Dios, para que se hagan automáticamente sagrados e intocables. La única santificación posible viene a posteriori, cuando el hombre libre y conscientemente asume una conducta conforme a la voluntad de Dios.
Domingo XXII Tiempo Ordinario (B) – Homilías
En el domingo vigésimo segundo encontramos una nueva polémica de tipo legalista ritual con los escribas y fariseos. Esto da pie a Jesús para afirmar una de sus enseñanzas morales más importantes: frente al legalismo puramente externo, lo que importa es la interioridad del hombre. Una vez más la enseñanza de Jesús se presenta como noticia gozosa (evangelio) y profundamente liberadora. Más allá de la mera observancia casuística, es en el corazón del hombre –de donde brota lo bueno y lo malo– donde se da la verdadera batalla; es ahí, en el corazón, donde se realiza la auténtica adhesión a la voluntad santa y sabia de Dios.