Sea que se trate de torpezas, sea que se trate de crímenes o de malos pensamientos o de malas palabras, todo se destruye en aquella fuente a la que entraste siendo siervo y de la que saliste siendo libre. No hay condenación ahora, pero sí la hubo antes. La condenación pasó de un hombre a todos. He aquí el mal de la generación y el bien de la regeneración… Lucha en la libertad, pero estate atento a no ser vencido y a no caer de nuevo en la servidumbre. Te fatigas en la lucha, pero gozarás en el triunfo.
octubre 2017
Viernes XXIX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Es completamente justo que al hombre que no quiso obedecer a su Señor no le obedezca su carne. Sirve tú a quien te es superior, para que te sirva tu inferior. Despreciaste al Superior, y eres atormentado ahora por tu inferior. Ésta es, pues, la ley del pecado; ésta es también la ley de la muerte. Por el pecado vino la muerte… ¿Cómo te libró la ley del espíritu de vida? Primero de todo te concedió el perdón de los pecados. De esa ley se dice en el Salmo [118,29]: ten piedad de mí según tu ley. Es la ley de la misericordia, la ley de la fe, no la de las obras [o ley mosaica].
Jueves XXIX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
La esclavitud del pecado acaba en la muerte; pero la sumisión a la justicia de Dios produce la santidad y lleva a la vida eterna.
Miércoles XXIX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Niégate a entregar armas a la concupiscencia y brillará tu victoria. Lucha, esfuérzate: ningún atleta recibe la corona sin sudor. Vives en estado de competición, participas en un combate… Si la carne despierta la pasión, ordena el espíritu en la castidad; si la carne incita a la ira, imponga tu espíritu la misericordia. Si, envuelto en este combate, no pones a disposición de la concupiscencia rebelde tus miembros, los que fueron en otro tiempo armas de iniquidad al servicio del pecado, se convierten ahora en armas de justicia al servicio de Dios.
Martes XXIX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
El hombre entero será salvado, ya que el hombre entero cometió el delito… Sería indigno de Dios que devolviera la salud a la mitad del hombre, por decirlo así; vendría a ser menos que los mismos gobernantes de este mundo, que siempre conceden indulto en forma total. ¿Habrá que admitir que el diablo es más fuerte para el mal del hombre, al lograr destrozarlo totalmente, mientras que Dios es más débil, ya que no lo restaura en su totalidad? Pero dice el Apóstol: donde abundó el delito, sobreabundó la gracia (Rom 5,20).
Lunes XXIX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
El apegamiento a las riquezas es una idolatría: no es posible servir a dos señores: o se sirve a Dios o a las riquezas. Jesús no está contra las riquezas en sí mismas, sino que nos alerta ante los que ponen su seguridad en el dinero, que puede convertir a la religión una agencia de seguros.
Sábado XXVIII Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Abrahán creyó y esperó contra toda esperanza; esto es, contra toda esperanza humana, puso en Dios su esperanza, y ésta todo lo puede y todo lo vence.
Viernes XXVIII Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Contra quienes dicen que Dios es bueno y misericordioso, y que no dejará que se pierda muchedumbre tan grande, salvando a unos pocos…, contra éstos dice el Apóstol: ¿ignoras que la paciencia de Dios es para llevarte a la penitencia? Tú, en cambio, de acuerdo con la dureza e impenitencia de tu corazón, te atesoras ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, que recompensará a cada uno según sus obras.
Jueves XXVIII Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
En realidad este pasaje resulta una condenación perfecta de la superstición de los judíos, los cuales, construyendo los sepulcros de sus profetas, condenaban los hechos de sus padres, y atraían sobre sí mismos la sentencia de condenación. En efecto, con la edificación de los sepulcros de los profetas pregonaban el crimen de aquellos que los habían matado, e imitando sus acciones, se declaraban herederos de la iniquidad paterna.
Miércoles XXVIII Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Todo este pasaje resulta de una gran belleza y nos invita a buscar la sencillez, mientras condena las cosas superfluas y terrenas de los judíos, los cuales, precisamente por juzgar las cosas de la Ley según la letra, no sin razón son comparados a la copa de vidrio y del plato, modelo de fragilidad; ellos observan aquellas cosas que para nosotros no son de utilidad alguna y, sin embargo, descuidan aquellas otras en las que está puesto el fruto de nuestra esperanza; y por eso cometen un gran pecado por despreciar aquello que es más perfecto…