El discípulo que Jesús amaba le dijo a Pedro: ᄀEs el Señor!» Aquel que es amado será el primero en ver; el amor provee una visión más aguda de todas las cosas; aquel que ama siempre sentirá de modo más vivaz…
Biblia
Jn 8, 1-5: La mujer adúltera
«Unicamente quedaron dos, la miseria y la misericordia, pues sigue: «Y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en pie, en medio». Yo creo que aquella mujer se quedó aterrada, porque esperaba ser castigada por Aquél en quien no se podía encontrar culpa alguna.
Lc 15, 1-3.11-32: la parábola del Hijo Pródigo
El hermano mayor no sabe de los avatares y andaduras más recónditos del otro, del camino que le llevó tan lejos, de su caída y de su reencuentro consigo mismo. Sólo ve la injusticia. Y ahí se demuestra que él, en silencio, también había soñado con una libertad sin límites, que había un rescoldo interior de amargura en su obediencia, y que no conoce la gracia que supone estar en casa, la auténtica libertad que tiene como hijo. «Hijo, tú estás siempre conmigo -le dice el padre-, y todo lo mío es tuyo» (Lc 15, 31). Con eso le explica la grandeza de ser hijo.»
Lc 13, 1-9: Necesidad de la conversión – Parábola de la higuera
La higuera estéril designa a todos los hombres que rechazan constantemente dar frutos y por este motivo son amenazados, poniendo el hacha a la raíz. Pero el jardinero intercede, posponiendo la ejecución del hacha y tratando de aplicar un remedio eficaz al árbol enfermo. Este jardinero nos recuerda a todos los santos que oran en la Iglesia por todos aquellos que están fuera de la Iglesia. l Señor volverá a recoger frutos. ¿Cuándo? En el momento del Juicio. ¿Qué hemos de hacer mientras el Señor vuelve? La respuesta la podemos encontrar en la fosa cavada alrededor del árbol, que significa una exhortación a la humildad y a la penitencia. El estiércol hace referencia al dolor por nuestros pecados. A este árbol misterioso le es dicho: «Conviértete, porque el Reino de los Cielos ha llegado»
Lc 9, 28-36: La Transfiguración
La tienda es un símbolo mayor de la condición de «extranjero y de peregrino», que es en definitiva la condición de todo hombre, y en grado supremo la del Pueblo de Dios en «Éxodo». Incluso una vez acabados los 40 años de peregrinación en el desierto, la Fiesta de las Tiendas debía recordárselo cada año a Israel (Lv 23,33-36) y renovar en ellos su vocación escatológica, es decir, el vivir orientados hacia un «más allá» no tanto futuro (luego del fin del mundo) mas sobrenatural (ya presente, porque es eterno).
Lc 4, 1-13: Las Tentaciones en el desierto
La Cuaresma comienza pues en el desierto, tierra desolada e inhumana (Dt 1,19; 32,10) y en consecuencia lugar predilecto del demonio y de los endemoniados (Mc 5,3-5); pero por la experiencia de abandono que puede vivirse allí y su extensión ilimitada, tierra donde se experimenta la proximidad de Dios, para Israel (Éxodo y Os 2,16; 13,15), para Jesús y para tantos que han querido vivir esta experiencia de la cercanía de Dios. Que esta Cuaresma sea para todos los cristianos una experiencia real de la cercanía de Dios, aun en nuestros desiertos concretos de hoy.